lunes, 15 de junio de 2015

Si del cielo te cae...

Saludos a todos, y gracias a los que han revisado el blog en esta larga temporada de quietud. He estado muy ocupado con múltiples actividades, intentando reorganizar mi vida y adaptándome a mi entorno. Aún sigo trabajando en ello.

Desde hace meses estaba convencido de que ya había sido absorbido por un agujero negro llamado monotonía y cuando comenzaba a resignarme, la vida me ha vuelto a sorprender.

Cinco días atrás me embarque en una nueva aventura, no me he casado, ni nada por el estilo, pero si me han robado el corazón.

Algunos ya conocen la historia, pero para los que se han enterado les pondré al día.

El miércoles por la mañana me encontraba profundamente dormido  cuando comencé a escuchar que mi perro ladraba sin parar, y era tal su insistencia que decidí salir al patio a ver que le pasaba. Pensé que sería algún gato, o una iguana que había encontrado, pero sorpresa sorpresa. Al acercarme a él observe que le ladraba a un bola de pelo castaño que se encontraba  empapada y aterrada. Como no se le encontraba forma supuse que era una ardilla.

Cogí al perro y le lleve dentro de casa para poder quitarle la presa. Al volver al lugar donde se encontraba “la cosa”, vi que se movía y se ponía de pie llorando, para mi gran sorpresa lo que tenia frente a mí era un cachorro canino.

Fue algo totalmente inesperado, ya que no hay forma de que un animal de este tipo llegue al patio de casa si no es de forma aérea. Supongo que alguien decidió lanzarlo desde la calle, lo que me molestó mucho. Había llovido durante casi toda la noche anterior, y yo había escuchado un perro llorando, pero nunca pensé que estuviese en mi territorio.

Le recogí con una toalla y le lleve dentro. No tenia ni idea de cuanto tiempo podría tener este cachorro y no sabia que hacer, lo único que se me ocurrió fue darle un poco de leche con una jeringa. Al ver que no dejaba de llorar,  procedí a revisar si estaba lastimado. Para mi horror el cachorro estaba cubierto de gusanos en la mayoría de su cuerpo, aun recuerdo la escena y me parte el corazón.

Nunca había visto algo igual y no podía dejar de pensar que lo habían abandonado en ese estado, lo cual me deba muchas mas rabia. No es posible que la vida sea de tan poco valor para algunas personas.

La idea de que esos animales se estaban comiendo al cachorro me estresó demasiado y quería que dejara de sufrir lo antes posible. Contacté con la veterinaria, y como todo doctor me dio cita para dentro de una cuantas horas, las cuales no podía esperar. Me dedique a quitarle los bichos durante las siguientes dos horas y me dirigí a la clínica aunque no era el tiempo para la cita que me habían asignado.

Gracias a Dios se le atendió y “ella”, por que es hembra, esta perfectamente bien y es un amor. Hemos decidido conservarla en la familia y se llama NUBE.

Dicen que si del cielo te caen limones aprendas a hacer limonada, en este caso descendió una NUBE en mi patio y me ha cambiado la vida. Ahora sigue un largo camino de conocimiento mutuo como en toda relación, mucho trabajo para educarle, soportar sus travesuras, y descubrir como será, ya que no tenemos ni idea de que genes tenga.

De momento todos en casa estamos contentos con el nuevo integrante. Bueno, salvo nuestro cachorro honorario que esta un poco celoso de su gran hallazgo.


Ya les iré actualizando de los avances de esta historia.