Hace algunas semanas recibí un correo con la programación de
Julio de la Sala Teatro Cuarta Pared y
me interese por una obra titulada “El mal de la liebre”. La información que aparecía
en la web la describía como “una gran metáfora de los modos de vida actuales”, lo
cual despertó en mi una gran curiosidad por saber la forma en que el escritor
del texto plantearía nuestra compleja forma de enfrentarnos a nuestro día a día.
Con tantas cosas por hacer en las fechas en que se
presentaba la obra pensé que no tendría oportunidad de asistir a una representación,
pero el jueves recibí una promoción de entrada al 50% y como no se decir no a
las ofertas reserve inmediatamente.
Estaba ansioso por ver la obra, tenía grandes expectativas
por que las obras que he visto en esta sala me han encantado, pero he de
confesar que al entrar a la obra perdí un poco de esa emoción. Me encontré con
todo el elenco en el escenario saludando a gente del público, calentando y charlando entre ellos, lo cual me hizo preguntarme
a mí mismo ¿pero qué es esto? A lo cual respondí: bueno al menos estas en
primera fila y en el centro, relájate.
He confesar que mi sentimiento de decepción desapareció por
completo desde el inicio de la obra, y cada vez me fue gustando mas y mas. Es
cierto que es una obra que se sale de las formas tradicionales, o a las que estamos
acostumbradas en un teatro clásico, pero a mí me ha tocado las fibras sensibles.
La escenografía es muy sencilla, realizada con cajas, cartón
corrugado, muebles y algunos elementos de atrezzo. El vestuario también es muy
simple, pero con toques de originalidad. Los actores, me han dejado muy
sorprendido, son unos chicos con mucho talento. El texto, tal vez denso y un
poco confuso, pero es divertido, conmovedor, critico y reflexivo, como la vida
misma.
¿Pero que es el mal de la liebre? “El mal de la liebre es
que las liebres no se dan cuenta de que están corriendo demasiado, no se dan
cuenta de que han dejado atrás al galgo, que nunca hubo un galgo persiguiéndolas.
También los hombres se colapsan por
dentro, como las liebres. Perseguidos o no, también los hombres tienen un galgo
y una zanahoria, un miedo y un deseo”.
Todos vivimos día a día con nuestros afanes, nuestros
temores y nuestros sueños, luchando por realizarlos, vencerlos y lograrlos,
pero ¿realmente es eso vida? ¿eso nos hace sentir vivos, o simplemente vivimos
para ello?. Muchas veces nos enfocamos en conseguir cosas, sin disfrutar todo
eso que ya tenemos y que realmente es lo que debería importarnos. Cada uno
tiene su propia historia, sus propios gigantes por vencer y sus fortalezas por conquistar, ¿pero
realmente estamos peleando la batalla indicada o simplemente estamos encaprichados
en ser héroes, sin considerar todo lo que perderemos en el proceso? Que
complicado es todo.
He de confesar que me ha gustado tanto la obra que llegue a
casa y busque información sobre ella en Internet, lo que encontré fue un vídeo
de una función de enero y la he vuelto a ver. Aquí les dejo el link para que la
vean, pero no es lo mismo que verla en vivo.
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