Hace algunos meses una amiga me comento que había decidido
celebrar el primer cumpleaños de su hijo, y que quería una piñata para ese
evento.
La temática de la fiesta seria “LEGO”, y el tío Manu tenía
que hacer una piñata siguiendo esa línea.
Después de hacer un breve research en internet me di cuenta de que la mayoría de las piñatas alusivas
al tema eran piezas de LEGO o figuras de hombre LEGO, pero ninguna de estas opciones
me parecía interesante.
Después de pensar un poco en el tema, decidí que la mejor
opción sería hacer una figura construida con LEGOS simulando la forma de una
piñata tradicional. He aquí donde empezó la aventura.
Primero conseguí las dimensiones de una pieza de lego, pero
me pareció muy pequeña, por lo que tomé la decisión de que las piezas simuladas
en la piñata deberían de tener las
dimensiones correspondientes al doble de una pieza normal. Posteriormente hice
unos planos en Autocad para sacar las dimensiones finales de la piñata y
determinar cómo se construiría.
Decidí hacer la piñata con planchas de cartón, con lo cual podría
conseguir la planeidad de las caras del
prisma que formaría con ellas, y además me parecía un material fácil de
trabajar. Para unir las piezas que formarían la piñata seguí el principio
básico de fabricación de estos elementos , el cual consiste en utilizar papel y
cola.
Como acabado superficial opte por utilizar papel Kraft de
colores, ya que fue lo que encontré en los tonos similares a los utilizados por
LEGO.
Todo iba muy bien hasta que me tope con algo que no había resuelto
y que fui dejando para el final, ¿Cómo iba a simular los botones de la parte
superior de las piezas? He aquí donde surgió la gran crisis. Pensé en muchas opciones diferentes y realice algunas pruebas, pero lo que más me
convencía era fabricar estas piezas con
los mismos materiales que el resto de la piñata, solo había un problema,
que esto era una labor que requería mucho tiempo y paciencia.
Me puse manos a la obra y comencé a cortar círculos de
cartón recubierto con papel kraft, fue un gran tormento y llegue a pensar que
nunca terminaría de fabricar los
botones. Muchas veces consideré abortar
la misión, pero la verdad es que me encantaba la textura que le daban los círculos
de cartón a la superficie de la piñata y completarla se convirtió en mi gran
reto.
Dos meses y 3956 círculos después la piñata estaba
terminada, lista para cumplir con su función de ser apaleada hasta romperse para que los niños disfruten de
su contenido. Tal vez no era el mejor fin para algo que ha costado tanto tiempo
y trabajo, pero créanme que después de todo yo era el que más ganas tenia de cantar
“no quiero oro, ni quiero plata, yo lo que quiero es romper la piñata”.
Por fin llego el gran día de la fiesta, la cual estuvo
genial. Tuvimos mucha comida deliciosa de la mama de Mateo, tarta, cupcakes , galletas, alfajores y muchas más
cosas con azúcar, vaya colocón. Hasta
hubo un payaso mago, un poco hardcore eso sí, cuya palabra mágica es
SALCHICHÓN. Un cumpleaños inolvidable.
Pero el momento clímax de la fiesta fue partir la piñata. Todos los niños estaban muy contentos de golpear la piñata, y alguna madre también se animo, creo que sirvió un poco de terapia de desahogo emocional. Yo no tuve oportunidad de pegarle, ya que el papa de Mateo se encargo de romperla y vaciar su contenido.
Yo he disfrutado mucho haciendo la piñata, a pesar de todo,
pero lo mejor de todo ha sido ver como
la rompían. ¿Ahora cual será mi próximo reto?
No se preocupen que les mantendré informados.
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