Después de la estancia en la ciudad de Campeche, regresamos
a casa, pero en el camino pasamos por la Hacienda San Luis de Carpizo y
decidimos detenernos para ver si era posible visitarla.
Ubicada en el municipio de Champotón, esta hacienda perteneció
a una acaudalada familia durante la época de explotación de henequén, se
considera que fue construida en el siglo XVIII y que sirvió como albergue para
los esclavos de las plantaciones. Hoy en día pertenece a la Secretaría de
Marina de México, y alberga a la escuela de infantería de marina desde 1999.
La Armada de México estuvo encargada de la restauración de
la mayor parte del complejo arquitectónico que conformaba a la hacienda
original. El trabajo de reconstrucción y rehabilitación de las instalaciones ha
sido estupendo, y según nuestro guía asignado estas labores se llevaron a cabo
en tan solo ocho meses, solo con un ejército trabajando es posible esta obra faraónica.
Para acceder a este recinto es necesario pedir autorización
en el acceso a la Escuela de Infantería ubicado sobre la carretera, nos
comentaron que los mejores días para visitar son los fines de semana, cuando la
mayor parte del personal está en su tiempo de descanso.
Una vez que se autoriza la entrada, es necesario adentrarse
en el terreno de la hacienda hasta llegar a lo que era el casco de la misma, allí
el visitante es recibido por personal de la Marina quien le guía en todo el
recorrido.
Nuestro guía fue muy amable, nos habló de la historia de la
hacienda, de la rehabilitación de los espacios y contesto nuestras preguntas
sobre la vida en la Marina. Además nos explicó sobre los entrenamientos y métodos de enseñanza que utiliza la Marina
para capacitar a sus integrantes.
Entre las cosas que me parecieron muy interesantes se
encuentran el simulador virtual de tiro para que no desperdicien municiones y el
sistema de entrenamiento para paracaidistas, donde se va aumentando gradualmente
el nivel de complejidad, primero se les
enseña a saltar en tierra, para después aumentar la altura de salto y por último se les coloca
en una cabina suspendida en la que puedan experimentar la inestabilidad de un helicóptero
en movimiento.
El complejo también cuenta con un museo en el que se expone
la transformación de las instalaciones y los objetos encontrados durante las
labores de restauración.
Fuera de los límites de la escuela se pueden observar construcciones que aún no han sido restauradas
y que muestran el aspecto de la hacienda antes de la intervención de la Armada.
Esta visita vale la pena para conocer este espacio que forma
parte de la historia de la Península de Yucatán, así como informarse de las
labores que realizan nuestras fuerzas armadas.
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