sábado, 2 de noviembre de 2013

Una piñata para Mateo…

Hace algunos meses una amiga me comento que había decidido celebrar el primer cumpleaños de su hijo, y que quería una piñata para ese evento.

La temática de la fiesta seria “LEGO”, y el tío Manu tenía que hacer una piñata siguiendo esa línea.  Después de hacer un breve research en internet  me di cuenta de que la mayoría de las piñatas alusivas al tema eran piezas de LEGO o figuras de hombre LEGO, pero ninguna de estas opciones me parecía interesante.

Después de pensar un poco en el tema, decidí que la mejor opción sería hacer una figura construida con LEGOS simulando la forma de una piñata tradicional. He aquí donde empezó la aventura.

Primero conseguí las dimensiones de una pieza de lego, pero me pareció muy pequeña, por lo que tomé la decisión de que las piezas simuladas en la piñata deberían  de tener las dimensiones correspondientes al doble de una pieza normal. Posteriormente hice unos planos en Autocad para sacar las dimensiones finales de la piñata y determinar cómo se construiría.


Decidí hacer la piñata con planchas de cartón, con lo cual podría conseguir  la planeidad de las caras del prisma que formaría con ellas, y además me parecía un material fácil de trabajar. Para unir las piezas que formarían la piñata seguí el principio básico de fabricación de estos elementos , el cual consiste en utilizar papel y cola.



Como acabado superficial opte por utilizar papel Kraft de colores, ya que fue lo que encontré en los tonos similares a los utilizados por LEGO. 

Todo iba muy bien hasta que me tope con algo que no había resuelto y que fui dejando para el final, ¿Cómo iba a simular los botones de la parte superior de las piezas? He aquí donde surgió la gran crisis. Pensé en muchas  opciones diferentes  y realice algunas pruebas, pero lo que más me convencía era fabricar estas piezas con  los mismos materiales que el resto de la piñata, solo había un problema, que esto era una labor que requería mucho tiempo y paciencia.

Me puse manos a la obra y comencé a cortar círculos de cartón recubierto con papel kraft, fue un gran tormento y llegue a pensar que nunca terminaría  de fabricar los botones.  Muchas veces consideré abortar la misión, pero la verdad es que me encantaba la textura que le daban los círculos de cartón a la superficie de la piñata y completarla se convirtió en mi gran reto.


Dos meses y 3956 círculos después la piñata estaba terminada, lista para cumplir con su función de ser apaleada  hasta romperse para que los niños disfruten de su contenido. Tal vez no era el mejor fin para algo que ha costado tanto tiempo y trabajo, pero créanme que después de todo yo era el que más ganas tenia de cantar “no quiero oro, ni quiero plata, yo lo que quiero es romper la piñata”.


Por fin llego el gran día de la fiesta, la cual estuvo genial. Tuvimos mucha comida deliciosa de la mama de Mateo, tarta, cupcakes , galletas, alfajores y muchas más cosas con azúcar, vaya colocón.  Hasta hubo un payaso mago, un poco hardcore eso sí, cuya palabra mágica es SALCHICHÓN. Un cumpleaños inolvidable.





Pero el momento clímax de la fiesta fue partir la piñata. Todos los niños estaban muy contentos de golpear la piñata, y alguna madre también se animo, creo que sirvió un poco de terapia de desahogo emocional.  Yo no tuve oportunidad de pegarle, ya que el papa de Mateo se encargo de romperla y vaciar su contenido.






Yo he disfrutado mucho haciendo la piñata, a pesar de todo, pero  lo mejor de todo ha sido ver como la rompían.  ¿Ahora cual será mi próximo reto?  No se preocupen que les mantendré informados.

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